Los implantes dentales han evolucionado mucho desde sus inicios, y han cambiado los procedimientos, los materiales utilizados, las técnicas… Por ejemplo, los avances tecnológicos han permitido reducir el tiempo de la intervención y la recuperación, con cirugías poco invasivas que comportan mínimas molestias para el paciente.
Aun así, hay muchos mitos y falsas creencias entorno a la implantología de carga inmediata que provocan que muchas personas no se decidan a consultar a su dentista sobre esta intervención. Esto evita que mejoren el estado de su salud bucodental y su calidad de vida en general.
Por este motivo, hemos querido recopilar los mitos más habituales y explicar qué tienen de verdad y qué de leyenda.
- «Los implantes suelen rechazarse, ya que son un elemento extraño al hueso.» Esto no es cierto: Los implantes están compuestos de una aleación de titanio comercialmente «puro». Es un metal bioinerte —no reacciona al contacto con tejidos o células vivas— que no produce rechazo, sino todo lo contrario, se integra dentro del hueso gracias a los procesos biológicos naturales de curación. Por eso, el término rechazo, atribuido a trasplantes de órganos, es incorrecto cuando hablamos de implantes. Si queremos describir el proceso en el que el implante no llegar a unirse con el hueso, hablaremos de fracaso de integración u osteointegración. Aunque un implante falle, siempre será posible colocarlo de nuevo, y en este caso será esencial hallar los factores que han causado este fallo para poder controlarlos.
- «Los implantes no son estéticos.» Miedo a que se vean diferentes al resto de piezas dentales en color y forma, a que el titanio se ennegrezca y sea visible… Pero todo esto ya no es así: hoy en día los implantes son indistinguibles de los dientes naturales, y los nuevos materiales son durables y no se estropean con el paso del tiempo. Además, se pueden utilizar materiales como el zirconio en la parte visible de la parte protésica, consiguiendo así imitar con gran exactitud el diente natural.
- «No se pueden poner implantes si no tengo hueso.» Aunque cada caso es diferente, hoy en día las técnicas de reconstrucción en 3D permiten realizar la cirugía de forma virtual, y anticipar y resolver problemas como la falta de hueso. Incluso se aplican técnicas de regeneración de tejidos cuando es necesario, como por ejemplo las membranas autólogas —derivadas del propio cuerpo— ricas en factores de crecimiento y leucocitos, que aceleran y consolidan los procesos de curación de los tejidos.
- «Los implantes aumentan el riesgo de inflamación de las encías.» Las enfermedades que provocan inflamación en las encías, como gingivitis y periodontitis, tienen otras causas, pero no se originan por los implantes. El paciente con problemas en las encías debe tener en cuenta que estos tienen que estar controlados antes de colocar los implantes, y que una vez colocados deben realizarse revisiones regulares para el control de los factores que predisponen a tener enfermedades periimplantarias —inflamación de la mucosa que rodea al implante—.
- «Si tienes alguna enfermedad sistémica, no puedes ponerte implantes.» Cualquier persona con una enfermedad de este tipo, como la diabetes, hipertensión o alguna enfermedad cardíaca, puede ponerse implantes. Simplemente debe tenerla controlada y estabilizada. Hay un tipo de enfermedad sistémica, la osteoporosis, que en ocasiones requiere un tratamiento farmacológico basado en bifosfonatos. Esta familia de medicamentos pueden producir en ocasiones trastornos graves en el hueso. Se debe consultar de manera obligatoria con un profesional antes de colocar los implantes si se está tomando esta medicación.
- «Los implantes no son una solución duradera.» Al contrario, si se realiza con garantía de uso de buenos materiales, por un buen especialista, y se realizan los cuidados bucodentales adecuados, los implantes dentales pueden durar toda la vida.
- «Los implantes son solo para personas mayores.» Aunque son las personas mayores quienes suelen presentar pérdida de piezas dentales y reemplazarlas con implantes, cualquier persona que haya finalizado su crecimiento óseo (entre los 17 y los 19 años aproximadamente) puede necesitar un implante. En adultos jóvenes lo más habitual es que sea por una pérdida por traumatismo de alguna pieza dental.
- «Los implantes no requieren cuidados específicos.» Los implantes dentales se sienten y parecen dientes naturales, pero aun así requieren unos cuidados específicos para prevenir posibles problemas. Siguiendo unos sencillos consejos, es posible mantener en perfecto estado tanto los implantes como la salud bucodental en general.
- «Cualquier dentista puede poner implantes dentales.» Esto no solo es un mito, sino que es un mito peligroso. El profesional que lleve a cabo esta intervención debe tener una experiencia mínima determinada por la dificulta de cada caso. No cabe duda de que el tratamiento implantológico es un tratamiento de especialización que involucra varias disciplinas, entre ellas la cirugía y la prótesis. Un único profesional difícilmente podrá llegar a la máxima especialización de todas ellas, aunque sí podrá en ocasiones resolver los casos más sencillos, o al menos aquellos a la medida de su experiencia.
- «Los implantes hacen sonar el control del aeropuerto.» Los materiales que se emplean en implantología no son detectados por los escáneres de aeropuertos ni otras instalaciones, por lo que no suponen ningún problema.
- «Los implantes dentales son muy caros.» En realidad, teniendo en cuenta que se amortizan durante toda la vida y con las opciones de financiación que se ofrecen, a menudo salen mucho más a cuenta que otros tratamientos. Además, no solo son más beneficiosos para la salud bucodental, sino que se gana en estética y funcionalidad, y se mejora la confianza y la autoestima.
«Ponerse implantes es un proceso largo y doloroso.» ¡Nada más lejos de la realidad! Con todos los avances que se han realizado en este campo, la implantología de carga inmediata permite disfrutar de los nuevos dientes en solo 24 h, y con un proceso prácticamente sin molestias, ya que las incisiones son mínimas gracias a la cirugía guiada. Además, se aplican técnicas de relajación como las gafas 3D o la sedación intravenosa si es necesario.