El pasado mes de febrero tuve la gran suerte de volver a Banjul (Gambia) con mi pareja, mi hija Lur y mi hijo Kai. Hace diez años mi pareja y yo ya estuvimos allí por turismo, y conocimos a una pareja muy especial, Silvia y Malang. En aquel momento nos explicaron que tenían en mente iniciar un proyecto solidario orientado a las mujeres de su comunidad: Querían darles más libertad a través de la educación y de conocimientos aplicables.
Diez años después, M’Bolo es una realidad
En esta visita hemos tenido la alegría de comprobar que el proyecto es ya una realidad: Se llama M’Bolo Association, que en idioma wolof significa unión, un logro a base de esfuerzo constante, solidaridad y trabajo compartido. Su principal iniciativa es Fandema, un centro de formación y ocupación para mujeres en Tujereng.
En esta comunidad, que cuenta actualmente con más de 200 mujeres, aprenden durante tres años a aplicar su conocimiento en los campos de la salud alimentaria, el textil (corte y confección, y tie&dye), y tecnología y energías renovables (el corazón del proyecto es convertirse en especialistas en instalación y mantenimiento de placas solares).
Nuestra contribución
Nuestra intención inicial era simplemente hacer turismo. Pero ante este inmenso proyecto, nos planteamos si podíamos compartir algo de nuestro conocimiento, contribuir de alguna forma. Y así lo hicimos: mi pareja como formadora y coach, experta en organización de empresas, y yo como odontólogo.
Así que nos pusimos manos a la obra. Lo primero fue realizar revisiones bucodentales a toda la comunidad, unas 190 mujeres, 80 niños y niñas, e incluso el resto de trabajadores.
Según los datos que recogí, el principal problema era la caries: Tenía una prevalencia del 85% en la edad adulta y el 65% en la etapa infantil. El 35% de niños presentaban cuatro o más caries. Además, el 55% de adultos presentaban ausencia de uno o más dientes, y el 33% de cuatro o más dientes.
Esto nos dio una idea de las acciones preventivas que se podían llevar a cabo, las cuales trasladamos a los responsables del proyecto. Además, realizmaos otras acciones para orientadas a mejorar la salud bucodental:
- Impartimos charlas al staff de cocina, ocho mujeres que preparan comida a diario para 290 personas, y que por lo tanto juegan un papel esencial en la dieta y en la salud bucodental de la comunicad. Les recomendamos reducir el azúcar añadido en sus recetas, como el zumo de baobab, para el que utilizan 500 g de azúcar por litro de zumo.
- Impartimos también charlas a los profesores, sobre prevención y hábitos de higiene. Por ejemplo, recomendamos que toda la comunidad se limpiase los dientes después de la comida en el colegio, ya que el hábito hasta el momento es que solo se limpiaban los dientes una vez al día, por la mañana y antes de desayunar.
- Regalamos un cepillo dental y un dentífrico a todos los miembros, para que pudiesen dejarlos en la comunidad y utilizarlos a diario.
Nuestra idea es, en un futuro, poder hacer un seguimiento de las acciones preventivas a corto plazo. ¿Y quién sabe? Aunque más difícil de realizar, nuestro sueño sería contribuir a abrir una clínica odontológica in situ.
Y así fue como un viaje de turismo y placer se convirtió en una experiencia increíblemente gratificante, que pudimos compartir en familia —incluso mi hija Lur me ayudó con las revisiones a los niños y niñas de la escuela—. Unas vacaciones que inesperadamente acabaron siendo perfectas.
