En los últimos años se han producido cambios significativos en la población respecto al uso de servicios odontológicos; por ejemplo, desde 1989 ha aumentado progresivamente el número de personas que acuden al dentista.
A pesar de ello, todavía hay un 68% de personas que reconoce ir solo al dentista cuando les duele. Un 15% declara no haber ido en los últimos cinco años, y un 2% dice no haber ido nunca al dentista, aunque por nuestra experiencia se podría aumentar esta cifra hasta un 4%. Solo un reducido porcentaje va al dentista cada año de forma regular como prevención.
Pero hay un perfil específico, un 13%, que tiene problemas dentales y además miedo al dentista. Es decir, solo van cuando les duele o tienen un problema y no les queda más remedio: les aterroriza pensar que tienen que ir a una clínica dental.
¿Cuáles son las causas del miedo al dentista?
Los motivos principales para desarrollar este miedo son:
- Recuerdos o experiencias previas negativas.
- Inseguridad por no saber lo que le van a hacer.
- Dudas sobre el resultado final del tratamiento.
- Sentimiento de pánico o ansiedad por los estímulos físicos (materiales metálicos, ruidos desagradables, sensación de ahogo por el agua…).
- Percepción de que el tratamiento pueda ser doloroso.
Así, las personas que desarrollan este miedo al dentista evitan ir a la consulta hasta que o bien encuentran un profesional de confianza por recomendación de un familiar o amigo, o bien han llegado a un límite difícilmente sostenible y que les limita su día a día.
¿Qué nos supone este miedo?
Como indica el Dr. Mario Alonso Puig, el miedo es el sentimiento más limitante de todos, porque nos obliga a dar una respuesta muy primitiva: huir, luchar o paralizarnos.
Traducido al tema que tratamos, puede suponer que la persona se vaya de la sala de espera del tratamiento, o incluso que no acuda y se quede en su casa, bloqueada.
¿Qué podemos hacer?
Lo más habitual es que se nos ofrezcan una serie de consejos “prácticos y rápidos” para solventar este miedo al dentista. Pero estos consejos, aunque útiles para paliar los efectos inmediatos, no resuelven nada si no nos enfocamos también a la raíz del problema.
Y el primer paso para solucionar el miedo es entenderlo, tomar consciencia de nuestro cuerpo, nuestra vida y nuestras prioridades para vivirla de forma plena y consciente.
Para empezar a hacerlo, os recomendamos el libro Vivir es un asunto urgente, de Mario Alonso Puig, donde encontraréis una fuente de inspiración para superar este y cualquier otro miedo.
¿Cómo os ayudamos en Ahoa?
En la Clínica Ahoa tenemos muy presente este problema y sabemos detectarlo con precocidad, a partir de una escucha atenta a nuestros pacientes, preguntas guiadas y un entorno que propicia que se expresen con libertad.
A partir de aquí, diseñamos un programa de visitas adaptadas en tiempo y simplicidad a cada paciente, para lograr una mayor desensibilización y autoconfianza. Buscamos que el paciente experimente situaciones positivas, con resultados satisfactorios que cumplan con sus expectativas.
Además, para aquellas personas que quieran un plus de tranquilidad e incluso no enterarse de nada durante el tratamiento, aplicamos técnicas de sedación consciente con nuestra especialista, la Dra. Helena Serrano, o bien ponemos a disposición del paciente nuestras gafas de realidad virtual en 3D para que escuche música o vea vídeos durante el tratamiento.
Y por supuesto, si quieres hablar y exponernos tu caso, te escuchamos y decidimos juntos la mejor opción para ti.