Con los años, nuestra boca y nuestro rostro acusan también las señales del paso del tiempo: sequedad bucal, desgaste de la superficie dental, retraimiento de la encía, cambios de color… Una serie de síntomas que nos afectan tanto a nivel estético como funcional.
El caso más habitual es la pérdida de uno o varios dientes, que además de alterar nuestra imagen nos dificulta comer con normalidad, lo que afecta a nuestro sistema digestivo forzándolo a trabajar más de la cuenta. Además, la ausencia de dientes comporta una pérdida ósea que acelera el envejecimiento facial.
¿En qué consiste exactamente el envejecimiento facial?
Cuando perdemos densidad ósea, la estructura de nuestro rostro se altera y la piel pierde consistencia. Esto se refleja en diferentes síntomas que afectan al conjunto de la expresión facial y la envejecen.
1. Se forman arrugas alrededor de la boca
Suele ser el primer cambio, y el más evidente. La pérdida ósea afecta a la dimensión vertical de nuestra cara, a la altura que va desde la base de la nariz al mentón. Cuando disminuye el hueso maxilar, y por lo tanto la dimensión vertical, aumenta el pliegue de la comisura de los labios, con lo que aparecen las conocidas y temidas arrugas alrededor de la boca.
2. Los labios se vuelven más finos
Con el paso del tiempo, de forma natural, se pierde plenitud en los labios y tonicidad en los músculos faciales. Cuando además hay falta de hueso los labios se pliegan y se les forman arrugas.
3. La nariz parece más grande
Cuando el labio superior se hunde por la ausencia de dientes y/o la pérdida de hueso provoca que visualmente la nariz parezca más grande. En el caso de que el hundimiento se produzca en el labio inferior, provocará que el mentón parezca más puntiagudo.
4. Se altera la expresión facial
Si hay ausencia de uno o varios dientes el hueso maxilar disminuye o se atrofia, con lo que las comisuras de los labios se curvan hacia abajo provocando una expresión de tristeza. Es lo que se conoce como expresión o «signo de la marioneta».
¿Cómo ayudan los implantes a frenar el envejecimiento facial?
Cada vez hay más personas que optan por reponer los dientes perdidos mediante implantología dental. Los implantes dentales nos permiten recuperar la estética y la funcionalidad de la boca para poder comer, beber, hablar y reír con normalidad.
Además, dado que se colocan en el hueso maxilar y actúan como raíces artificiales, una vez realizado el implante se inicia un proceso de osteointegración que ayuda a preservar el hueso.
Gracias a los implantes, y al movimiento y fuerza que utilizamos al masticar, se estimula el crecimiento óseo y se conservan la densidad y el volumen del hueso que los rodea. Además, evitan la pérdida de las encías, siempre y cuando estas conserven la salud. Por lo tanto, al no perder hueso, frenamos los diferentes efectos del envejecimiento facial.
En la Clínica Ahoa proporcionamos las soluciones más indicadas a cada caso. Contamos con una especialista en Medicina Estética que podrá ayudarte a mejorar todos aquellos aspectos que necesiten un refuerzo estético, tanto los labios como el tejido perioral.
Además, con unos buenos hábitos de higiene bucodental, visitas regulares a nuestro dentista para prevenir la aparición de enfermedades periodontales y una dieta sana y equilibrada, ayudaremos a retrasar los signos del envejecimiento facial.