La caries dental es una de las enfermedades bucodentales más habituales tanto en niños como en adultos. Según datos del 2015, la prevalencia de caries en adultos a partir de los 35 años está entre el 95% y el 100%.
Además,
según el estudio La salud
bucodental en España 2020,
no se espera que el número de caries disminuya, sino que se mantendrá en la
cifra actual, de cerca del 95% de afectados en la población adulta española.
¿Por qué el problema está tan extendido? Una posible explicación es que las caries suelen ser asintomáticas en el estadio inicial, es decir, al principio no provocan dolor ni inflamación u otros síntomas perceptibles, por lo que la persona no suele darse cuenta de que tiene caries. Por eso son importantes las revisiones regulares, ya que el dentista sí que detecta las caries en una etapa inicial, cuando son más fáciles de tratar, y nos puede aconsejar cómo prevenirlas.
¿Qué
es la caries dental?
La
caries es una enfermedad bucodental de origen bacteriano. Es decir, es una
forma de infección que daña la superficie del esmalte dental, y lo va
agujereando hasta llegar a las zonas más internas del diente.
En este gráfico podemos ver las principales fases de la caries dental:
Pequeñas manchas negras sobre la superficie del diente.
El esmalte se deteriora y la caries afecta a la dentina.
La infección se hace más profunda, afectando a la pulpa dental.
Se forman abscesos, y se puede llegar a perder el diente.
Principales
síntomas de la caries
Los síntomas de la caries varían según su tamaño, la fase en la que se encuentren y la ubicación. Por ejemplo, como hemos comentado, en la fase inicial no suele presentar síntomas, solo puede llegar a ser perceptible a simple vista como un pequeño puntito negro.
A medida que avanza, podemos notar un dolor repentino en los dientes o muelas sin causa aparente o al morder. Es una sensibilidad dental que también es común que aparezca con el frío y al comer dulce.
En
las fases más avanzadas, el agujero se hará más grande y visible, según la zona
en la que se encuentre, y puede provocar la afectación del nervio. Si este
fuera el caso el dolor puede ser extremadamente intenso y espontáneo, sin
necesidad de estímulos externos que lo provoquen. En esta situación es fácil
que se produzcan flemones dentales.
Factores
que influyen en la caries dental
La caries es una enfermedad multifactorial, es decir, que se origina por una combinación de varios factores, como las bacterias presentes en la boca, el consumo de determinados alimentos o bebidas ricos en azúcares o carbohidratos, y una higiene bucodental incompleta o insuficiente.
Además,
otros factores como el pH de la saliva, la predisposición genética o algunos
medicamentos que alteran la calidad y cantidad de saliva en la boca pueden
influir también en la aparición más o menos frecuente de caries.
Prevención
y tratamiento de la caries
El
tratamiento de la caries dependerá de cómo esté de avanzada:
En un estado inicial, se podrá tratar la caries con un empaste. El dentista elimina la parte dañada del esmalte y coloca en ese espacio un material que lo cubra. Si la cavidad es pequeña en un estado incipiente que solo afecta al esmalte no se hace el empaste. Si se cuida el esmalte de la zona dañada con una correcta higiene y se aplica un aporte extra de flúor, este esmalte se repara mediante una remineralización fisiológica.
Si la caries ha avanzado y ha afectado a la pulpa dental, puede que sea necesaria una endodoncia, es decir, desvitalizar el nervio.
Si la infección ha avanzado y no es posible salvar el diente, se deberá proceder a la extracción, y se puede plantear realizar un implante dental.
Por
ello, como hemos comentado, es muy importante revisar nuestra salud bucodental
por lo menos una vez al año, para detectar estos posibles problemas en una fase
inicial.
Pero
además, podemos llevar a cabo algunas acciones para prevenir la aparición de
caries, sobre todo si tenemos tendencia a padecerla:
En la Clínica Ahoa aplicamos un plan de prevención en los pacientes con un alto riesgo en caries. El primer paso será hacer un correcto diagnóstico de los factores que predisponen. Para ello hacemos un análisis de la calidad y cantidad de saliva y un análisis de la concentración de cepas de bacterias provocadoras de la caries. De esta manera establecemos el riesgo para sufrir la enfermedad, es decir, la caries.
Seguir una correcta rutina de higiene bucodental, que incluya cepillado, enjuague bucal e hilo dental, especialmente antes de irnos a dormir.
Evitar el consumo de alimentos y bebidas con un alto contenido de azúcar o hidratos de carbono. Sobre todo, las bebidas llamadas energizantes, ya que además del contenido en azúcar su acidez provoca un desgaste acelerado del esmalte.
Cepillarnos los dientes cada vez que comamos, incluso cuando picamos cualquier cosa entre horas.
Además,
en Ahoa proporcionamos consejos personalizados a cada paciente, como la pasta
dentífrica o el colutorio más adecuados, ya que cada persona tiene unas
características propias que deben tenerse en cuenta.
Llámanos y pide una
revisión a fondo de tus dientes. Ya sabemos, como bien dijo Don Quijote a Sancho,
que la boca sin muelas es como
molino sin piedra, ¡y en mucho más se ha de estimar un diente que un diamante!
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