[vc_row][vc_column][vc_column_text]Nuestros hábitos alimentarios influyen mucho más de lo que creemos en nuestro estado físico y mental: Si comemos mejor, nos sentimos bien físicamente, tenemos más capacidad de resistencia a las enfermedades, nuestro estado de ánimo mejora e incluso descansamos mejor. La frase «somos lo que comemos» no está muy lejos de la realidad, aunque quizás es más acertada «nos sentimos como comemos».
En este artículo nos centraremos en cómo los alimentos que ingerimos, y la frecuencia con la que lo hacemos, influyen en la salud de nuestros dientes y encías. La caries suele ser el problema más conocido —desde pequeños nos repiten constantemente que comer azúcar y dulces provoca caries—, pero no es el único. Hay alimentos que agravan los procesos de gingivitis y periodontitis, y las dietas de bajo contenido en nutrientes “frescos” reducen las defensas de nuestra boca ante determinadas bacterias e infecciones bucales, por poner algunos ejemplos.
Por el contrario, una dieta rica en calcio durante el crecimiento nos ayudará a tener unos dientes más sanos y fuertes. Ciertos alimentos mejoran nuestra salud dental al ayudarnos a mantener los dientes limpios y equilibrar la flora bacteriana de la boca. Otros alimentos, en cantidad moderada, como por ejemplo el vino tinto o el té verde, también contribuyen a mejorar nuestra salud bucodental.
Hábitos alimentarios que mejoran nuestra salud dental
La ADA (American Dental Association) ofrece unas recomendaciones relacionadas con los hábitos alimentarios para mejorar nuestra salud bucodental:[/vc_column_text][iconbox icon=»ion-android-clock» i_color=»#4c77c9″ title=»1. Intenta no picar entre horas»]Los alimentos que se ingieren durante una comida resultan menos perjudiciales, ya que cuando comemos liberamos más saliva, que nos ayuda a eliminar restos de comida y a reducir los efectos de los ácidos de los alimentos.[/iconbox][iconbox icon=»draw-water34″ i_color=»#4c77c9″ title=»2. Bebe mucha agua»]El agua nos ayuda a mantener la boca limpia, y evita problemas estomacales que puedan afectar a nuestra salud bucal.[/iconbox][iconbox icon=»imf-food-2″ i_color=»#4c77c9″ title=»3. Sigue una dieta variada»]Come una variedad de alimentos de cada uno de los cinco grandes grupos: cereales, frutas, hortalizas, alimentos de proteínas y lácteos.[/iconbox][iconbox icon=»draw-apple41″ i_color=»#4c77c9″ title=»4. Si quieres picar…»]Si quieres picar alguna cosa entre horas, inclínate por queso, hortalizas crudas, frutas o yogur.[/iconbox][vc_column_text]Muchos expertos recomiendan seguir una dieta basada en los hábitos de nuestros antepasados, conocida como paleodieta. De forma muy resumida, consiste en tomar más alimentos naturales y reducir o eliminar los procesados. En esta dieta se incrementaría el consumo de frutas, vegetales, hortalizas, proteína animal, huevos, frutos secos, raíces, aceites de origen no vegetal y semillas.
Sin embargo, hay que aplicar esta dieta de forma adaptada y racional, ya que no todas las personas tienen las mismas necesidades alimentarias, ni realizan la misma cantidad de actividad física o tienen el mismo estado de salud general.
Por otra parte, es muy importante mantener una correcta higiene bucodental, cepillarnos después de cada comida y utilizar el hilo dental. Y no olvides visitar a tu dentista por lo menos cada seis meses, ¡es mucho mejor prevenir que remediar!
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